Nuestro modelo operativo se caracteriza por no ser asistencialista, vincula en la operación diaria del comedor a madres y padres de las familias beneficiadas, de esta manera son actores fundamentales en la solución del problema de malnutrición de su propia comunidad.

La formación hace posible el empoderamiento y la transformación comunitaria, razón por la cual los equipos operativos se capacitan y certifican anualmente en buenas prácticas de manipulación de alimentos.

Ubicamos los comedores en instalaciones ofrecidas en préstamo o comodato por la parroquia, junta de acción comunal, alcaldía o aliados. No asumimos costos de arrendamiento, de esta manera invitamos a participar a las entidades que se deben a sus comunidades.

Las instalaciones requieren contar mínimo con tres espacios definidos, uno para la cocina, otro para la despensa y el más amplio para ubicar las mesas donde se sirven los alimentos. En el caso de ser necesario adecuar las instalaciones para el funcionamiento del comedor, las asumimos y/o financiamos.

Buscando el progreso de las comunidades, dentro de nuestras políticas fundamentales se establece no tener inmuebles propios, con la finalidad de evitar tanto el asistencialismo como perpetuar el programa en una comunidad específica y favorecer ampliar la cobertura.

A la fecha se encuentran en funcionamiento cinco comedores comunitarios: dos en la localidad de Usme en Bogotá, dos en el municipio de Soacha Cundinamarca y uno ubicado en la localidad de Barrios Unidos, en el barrio San Fernando.